Decorarción de mesas

La decoración es el complemento ideal para rematar una elegante puesta de mesa. Una mesa elegante no debe ser nunca una mesa recargada. La regla de oro para decorar una mesa es la siguiente: la decoración jamás debería crear una barrera. Es primordial evitar aislar a los invitados con elementos decorativos demasiado voluminosos. La mejor manera es calcular el número de invitados y el espacio disponible en las mesas para saber exactamente el espacio que quedará libre para su decoración. Un elemento decorativo no debe impedir ni la visión ni la conversación de los invitados. 

Los elementos más utilizados para decorar las mesas son los candelabros y los centros de mesa. Las velas de los candelabros deberán ser blancos o bien de color marfil, aunque existen algunas excepciones, como, por ejemplo, en Navidad, donde se pueden utilizar las de color rojo. Las velas solo se deben utilizar en las cenas, ellas se encienden después de que los invitados se hayan acomodado en sus sitios correspondientes. En la mayoría de los casos las velas y los candelabros se utilizan como decoración y no se suelen encender. 

Si se opta por utilizar centros de flores (naturales y/o secas), lo mejor es elegir aquellas con menos perfume, ya que pueden llegar a interferir con el aroma de la comida y la bebida. Preferentemente se deberían utilizar aquellos centros que sean bajos, para permitir que los invitados se vean unos con otros. Se colocan muy espaciados entre sí pensando en dejar sitio para las bandejas, salseras y otros elementos. Las mesas rectangulares dan más juego para la decoración que las redondas. 

Además de los centros florales, que deben respetar tanto la forma como el tamaño de la mesa, se pueden elegir otros elementos decorativos, siempre teniendo en cuenta tanto el tipo de comida como el sitio del evento. Aunque hoy en día casi no se utilizan,  en ocasiones se pueden utilizar como decoración pequeñas figurillas de porcelana, bronce o cristal.  Centros de frutas o detalles originales, como pequeños centros de pétalos de flores, etc, tratando de ser original, respetando el buen gusto y el estilo, sin olvidarnos de combinar la mantelería, vajilla, cristalería y cubetería. 

Tan importante como el menú a servir en una mesa, es la correcta disposición de los elementos que la componen, y de los elementos decorativos que hacen que la mesa luzca más elegante. 

El elemento decorativo de una mesa es el centro de mesa. Flores, frutas, hojas, ramas y multitud de posibles combinaciones limitadas por la imaginación. Unos pequeños consejos para que la decoración de nuestras mesas sea un éxito: 

• Tamaño: No es recomendable crear un centro de mesa de un tamaño desproporcionado al tamaño de la mesa. Debemos contar con un espacio mínimo para poder colocar otros elementos complementarios (saleros, salseras, fuentes, etc). Además los invitados no deberían estar separados por un centro de mesa demasiado alto, es decir, un muro de decoración. 

• Elementos a utilizar: Un centro de mesa con elementos naturales (flores, frutas frescas, hojas, etc) no deben desprender jamás un fuerte aroma. Un olor intenso es una de las cosas que más suele molestar a los invitados, pues puede interferir en el paladar de un plato o un buen vino. También suelen ser motivos de molestias mayores (especialmente por problemas de alergia). Un buen consejo es utilizar frutos o elementos secos, los cuales suelen tener un aroma muy tenue, y se mantienen mucho mejor bajo cualquier circunstancia ambiental. 
• Forma: Aunque no existe una forma estandar, los centros de mesa suelen tener una cierta relación con la forma de la mesa. A mesas redondas centros de mesa redondas, a mesas cuadradas centros de mesas cuadradas, etc. 
• Tamaño: Los centros de mesa deben  ser proporcionales al tamaño de cada mesa. Dependiendo de las medidas de la mesa el centro de mesa deberá ser proporcional al espacio disponible, respetando los espacios mínimos necesarios para los servicios de los comensales durante el transcurso de la comida. 
• Combinación: Los centros de mesa no dejan de ser pequeñas obras de arte. Los colores, tamaños, etc de los elementos decorativos deberán siempre combinar  o contrastar con los demás elementos de la mesa.